sábado, marzo 10, 2007

La mundana fantasia

Todas las mitologías recogen historias sobre resurrecciones. La más famosa de todas es la de Jesucristo. A parte de Jesucristo, Osiris y Lázaro, podemos encontrar como resucitados famosos a Superman, Spiderman y puede que dentro de poco, ya tardan, al recién asesinado Capitán América.

Fantasear, humano es. Y la fantasía presenta patrones inalterables. La lucha del bien contra el mal. Los peligros y tentaciones del héroe. Su soledad. Una meta. El camino correcto. Sufrimiento sin límite pero por una buena causa. El juicio final de las buenas y malas acciones. Una vida futura tras la muerte. La esperanza en lo venidero. El necesario equilibrio entre héroe (invencible) y villano (casi invencible). Una pizca de erotismo o de indefinición sexual. Incluso una tragedia sexual personal del héroe enfrentado al deseo carnal que se sacrifica ante el necesario deber de cumplir una misión sublime.

Evidentemente, todo esto está en los comics.

El mecanismo de las historias siempre es el mismo, funciona, y cualquier parecido con la religión, con el patriotismo, o con la política, son simples coincidencias.

Fantasear, humano es. Y resulta que siempre fantaseamos de la misma forma, aunque... ¿sobre distintos temas?